El hipertexto posee dos elementos estructuradores: el texto estructurado por el autor y el texto estructurado por el lector-usuario. Otra característica del hipertexto es el de la no-linealidad, es decir, el hipertexto es un texto electrónico formado por lexias unidas entre sí por nexos electrónicos, con una estructura de información no-lineal o no-secuencial; diferentemente de la delimitación que estamos acostumbrados en la tipología tradicional del texto, las fronteras del hipertexto están ampliadas, al constituir un nudo dentro de una gran red de textos. Este carácter no-lineal de la estructura de los contenidos posibilita el acceso rápido a una visión global de los mismos, con las consecuencias lógicas derivadas de este hecho: el aumento de la capacidad de conocimiento del individuo, de su inteligencia y libertad, entre otras.
Es conveniente, sin embargo, destacar que el hipertexto no escapa totalmente de la secuencialidad, una vez que instalar un nexo es proponer una línea a ser seguida. Sin embargo, seguir una u otra propuesta de lectura hecha por el autor del hipertexto es un papel que será desempeñado autónomamente por el lector.
Si, por un lado, la multidirecionalidad de la lectura hipertextual es positiva, con relación al enriquecimiento de las relaciones instantáneas con otros textos, por otro es negativa cuando ocurre la dispersión y fragmentación del texto en otros textos debido a la no-linealidad del texto impreso. En el texto presentado en la figura 7, hay 4 hiperlinks en dos párrafos que pueden ser accedidos o no por los lectores. Los más inexpertos, caso decidan acceder a los enlaces recomendados por el autor, pueden perderse del texto principal, causando algunas frustraciones en busca de informaciones o, incluso, fragmentando su lectura.
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