La simulación de espacios conocidos ayudan a clarificar la naturaleza de los elementos de información que contiene el sistema, y expresa de forma clara el modo en el que se encuentran relacionados. Facilita a los usuarios la vía de acceso a las herramientas que ya le son conocidas y que le permitirán situarse en el entorno de trabajo. En el diseño del interfaz de usuario pueden servir para un doble propósito: organizar y estructurar las tareas llevadas a cabo por el diseñador; y contribuir al aprendizaje del usuario (Hammond y Allison; 1987, 75-90). Esta integración permite aproximarnos cada vez más al modelo conceptual y de aprendizaje cognitivo del usuario. También apuntan estos autores que en las metáforas existen dos dimensiones relevantes para la comprensión de la información: el ámbito o número de conceptos que quieren integrar; y el nivel de descripción o tipo de información que intentan transmitir.
Con respecto a la integración de metáforas en los interfaces de usuario, se deben cumplir una serie de características según señalan Gary y Mazur (1991, 271-283):
- -Fácilmente comprensibles, sin producir una carga cognitiva adicional. Es decir, deben ser espacios familiares que representen lugares conocidos por parte de los usuarios potenciales, con objeto de rebajar los conocimientos necesarios para su uso.
- -Propiciadoras de un aprendizaje significativo e intuitivo para su manejo, cuya representación de elementos de la vida real, se pueda aplicar al entorno informático.
- -De gran adaptabilidad, con objeto de flexibilizar al máximo su uso, adecuándose a los distintos tipos de usuarios (nivel básico, intermedio, superior).
- -Generadoras de transferencias de los aprendizajes anteriores a las situaciones nuevas, al contemplar elementos similares a los ya conocidos por los usuarios para ejecutar secuencias de acciones parecidas.
Así pues, al presuponer que el usuario ya conoce determinados contenidos se descarga la acumulación de información innecesaria. Y al utilizar representaciones mentales que se asemejan a su realidad, el entorno se hace más comprensible y atractivo, rebajando el índice de dificultad (Barker y Manji; 1991, 273-280).
Para integrar cualquier tipo de metáforas en los interfaces de usuario se debe explorar los modelos previamente adquiridos por éste, puesto que en la mayoría de los casos ayudan a clarificar la naturaleza de los elementos de información que el sistema contiene, y contribuyen a mostrar como están relacionados. De este modo, al usuario se le facilita el acceso a las distintas herramientas contenidas en el hipermedia. Aunque tampoco tendrán que explicar necesariamente todos y cada uno de los elementos que integran el sistema. Otro aspecto importante es que en ningún caso se debe forzar la metáfora.
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